En el prefabricado, los anclajes (mecánicos, químicos, inserts, placas y pernos) son el nexo entre la pieza y su función: estructura, fachada, manutención o mantenimiento. Aun así, abundan ideas erróneas que comprometen seguridad, plazos y presupuesto. Desmontamos los mitos más comunes y te damos criterios prácticos para decidir con datos.
Mito 1: “Si el cálculo sale, cualquier anclaje vale”
Realidad: el cálculo es necesario, pero no suficiente. Importan la clase de exposición, la compatibilidad de materiales y el detalle constructivo (recubrimientos, drenajes, acceso a reapriete). Un anclaje que “sale” en resistencia puede fallar por corrosión o por fatiga si la geometría o el ambiente no se han considerado.
Qué hacer: define vida útil y ambiente (urbano, C3; marino, C5; químicos, piscinas/EDAR). Ajusta material (galva, dúplex, A4, dúplex 2205) y detalla drenajes/sellados.
Mito 2: “En interior no hay corrosión”
Realidad: hay interiores con condensaciones, agentes químicos o nieblas (lavaderos, plantas industriales, granjas) que aceleran la corrosión. También hay polvos higroscópicos que retienen humedad.
Qué hacer: clasifica el interior por agresividad real; en dudas, sube un escalón de protección y establece inspección anual.
Mito 3: “Inoxidable = mantenimiento cero”
Realidad: el inox (A2/A4) resiste mejor, pero no es invulnerable. Hay corrosión por picadura en cloruros, galling en roscas y contaminación férrica tras mecanizados.
Qué hacer: elegir A4 o dúplex en costa, pasivar tras mecanizados y usar antigripante en montaje. Plan mínimo de lavado en entornos salinos.
Mito 4: “El galvanizado siempre es suficiente”
Realidad: el galva en caliente es excelente en C3–C4, pero en C5 marino o con salpicaduras continuas puede requerir sistema dúplex (zinc + pintura) o pasar a inox por TCO (coste total de propiedad).
Qué hacer: combina barrera + protección catódica (dúplex) o sube a A4/duplex 2205 cuando el mantenimiento sea difícil.
Mito 5: “La corrosión galvánica es un problema teórico”
Realidad: mezclar metales distintos (p. ej., inox + carbono) en presencia de humedad crea pilas galvánicas. El menos noble se sacrifica antes, sobre todo en zonas estancadas.
Qué hacer: usa barreras dieléctricas (arandelas/casquillos), pinta el metal menos noble y evita acumulación de agua.
Mito 6: “El par de apriete ‘a mano’ es suficiente”
Realidad: el par afecta a la fricción, a la estanqueidad y al riesgo de aflojamiento. Aprietes excesivos dañan recubrimientos o roscas; insuficientes provocan holguras.
Qué hacer: especifica par y lubricación; usa llave dinamométrica y registra el control en montaje.
Mito 7: “Los anclajes químicos son siempre mejores”
Realidad: los químicos permiten soluciones potentes en hormigones fisurados o bordes críticos, pero dependen de limpieza del taladro, temperatura y curado. Un mal procedimiento invalida la resistencia.
Qué hacer: sigue ficha técnica al detalle, controla tiempos de curado y utiliza sistemas con evaluación técnica para la aplicación prevista.
Mito 8: “Si no se ve, no se mantiene”
Realidad: ocultar herrajes dificulta inspecciones y repintados. La durabilidad mejora cuando el diseño permite acceso y el agua no se estanca.
Qué hacer: diseña para inspección (DFI), prevé tapones/cubre-tuercas, y resuelve drenajes en placas y omegas.
Mito 9: “El coste es €/pieza”
Realidad: el coste real es €/vida útil: repintados, paradas de obra, elevaciones, reemplazos y no conformidades. A veces A4 o dúplex abaratan el TCO frente a carbono repetidamente repintado.
Qué hacer: compara escenarios con TCO y plan de mantenimiento. Decide en función de ambiente y accesibilidad.
Mito 10: “Los planos del catálogo valen para todo”
Realidad: cada obra tiene tolerancias, juntas, sellos, encuentros y secuencias de montaje propias. Copiar un detalle sin adaptación da problemas de alineado y entrada de agua.
Qué hacer: solicita co-ingeniería y modelos CAD/STEP ajustados a tu pieza, con radios, chaflanes, drenajes y accesos definidos.