En prefabricado de hormigón, la sostenibilidad no solo depende del cemento o de la optimización de moldes: la durabilidad de herrajes, anclajes y accesorios (placas, pernos, casquillos, inserts, conectores, bisagras, cáncamos, omegas, etc.) es determinante para reducir reposiciones, paradas y huella de carbono. A continuación se presenta una guía práctica para ampliar su vida útil desde el diseño hasta el mantenimiento en servicio.

1) Punto de partida: entender el entorno y el riesgo

Antes de elegir materiales o recubrimientos, define con precisión el ambiente de exposición del elemento prefabricado:

Asigna una clase de exposición y un horizonte de vida (p. ej., 50 años) coherente con el proyecto. Esa matriz te dirá qué estrategia de protección aplicar.

2) Selección de materiales: acierta desde el diseño

2.1 Aceros y aleaciones recomendadas

Regla simple: si hay cloruros o mar, parte de A4 hacia arriba; si hay abrasión + cloruros, valora duplex.

2.2 Evita la corrosión galvánica

3) Protección de superficie: más que “echarle zinc”

3.1 Sistemas típicos y cuándo usarlos

3.2 Detalles que marcan la diferencia

4) Diseño para durabilidad: “do it right the first time”

5) Colocación en fábrica y montaje en obra

6) Sellados y juntas: pequeñas piezas, grandes problemas

7) Plan de mantenimiento: sostenible = predecible

La sostenibilidad se logra con un plan simple, periódico y trazable:

Inspección visual (anual)

Acciones preventivas

Registro

8) Decisiones que aumentan vida útil y bajan CO₂